dani perea-milla

"Dani te manda esta foto de una piedra que encontro en Almeria, para tu blog. El cuento es de un dinosaurio que sabe hacer rosquillas muy buenas. Besos de dani y sus topos."

josé luis gallero

"La encontró Mireia Sentís en una playa de Haití el año 1993. El día anterior había estado fotografiando esos maravillosos corazones confeccionados con latas recicladas que los lugareños destinan a las coronas funerarias que llenan de colores los cementerios de Haití."

loli pérez [2]

"Las encontré en la orilla un día de resaca. Las vi tan desperdigadas y solitarias que las traje conmigo. Tenemos lectura atrasada."

loli pérez [1]

"Mirar al infinito es meterse en honduras. Medir un trozo de ese infinito con las vueltas del día, es admitir que el infinito es siempre incomparable. Hay pocas suertes capaces de salvarnos de ese y otros abismos, y una de esas suertes es el amor. (Es un fragmento del libro, pgna. 192)."

carlos perea-milla

"Una piedra del parque de Greenwich, Londres, al lado del observatorio, lugar exacto por donde pasa el meridiano cero."

esther quiñones

"Discreta como la yema de un dedo. De colores silenciosos entre el gentío de piedras. Así la escuché. Con una nitidez de alta definición digital. De los treinta y seis grados del suelo a la humedad de mis manos. Y de nuevo al sol, pero distinta. Escogida, primada, elevada, protegida. Segura de no volver adonde no tiene nombre propio, adonde es piedra entre piedras. Allí donde todas pueden ser pisadas con la misma consistencia, tocadas con el mismísimo pudor. Confundidas, suplantadas, golpeadas contra la tierra. Pero ella ya no. Porque mi mochila ya es suya."

begoña paz [2]

"Collina onte, na praia das Lapas, ao pé da Torre. Fea, rugosa, pesada, xusto do tamaño da miña palma. Co oco exacto para o polgar. Sería tan doado pechar os dedos ao seu redor, botar o brazo para atrás, guindala con ira, con xenreira, con dor. Gústame sentir o seu peso, a súa forza. Saber que con ela podería esnaquizalo todo. Calquera cousa, calquera el. Saber que nunca o farei. O doado é mancar."

begoña paz [1]

"Praia das catedrais, 28 de marzo de 2010. Non son fermosas. Elixinas polas súas arestas, polas fendas entre as laxes. Feridas, rotas. Posando para a foto, lémbranme un barco a buscar refuxio nun peirao escuro. Coma min, antes do naufraxio. Xa non preciso refuxiarme, agocharme en ninguén. Tres meses despois."

juan pardo vidal [2]

"Sinceramente, prefiero ir al faro de Mesa Roldán que a la playa de los Muertos, pero como ésta coge de camino y es una playa tan mediática, pues he cedido, soy un hombre fácil, lo reconozco. Ambos (faro y playa) están cerca de El Pueblecico. Por aquí la gente no pronuncia el nombre de esta comarca porque da mala suerte y usan ese eufemismo. Gente amable, buen sitio para comer, pero mal sitio para pronunciar. Lo escribiré sin decirlo: "Carboneras". Parece ser que la confluencia de fuertes corrientes convirtió a esta costa en una zona tan peligrosa como buen lugar de pesca. Por su situación geográfica la corriente empujaba a los cadáveres de los naufragios hacia la playa de los Muertos, de ahí su nombre. Por cierto, recientemente votada como una de las mejores playas de la península. No sé si es una historia bonita o fea, sólo sé que es verdad. Hoy he ido a la playa de los Muertos y he reparado, mientras paseaba por la arena, (nadie en su sano juicio se baña en sus aguas cuando el mar está bravo) en que era fácil encontrar piedras hermosas. Había demasiadas. Es imposible que hubiera tal concentración de piedras hermosas. No voy a caer en la ñoñería de decir que son las almas de los marineros ni cualquier otra pamplinada romántica, sólo digo que es sorprendente que el salvaje batir de las olas, sumado a los vestigios de un pasado volcánico, hayan conformado tan hermoso paisaje capaz de domesticar a la tabla periódica. A las pruebas de unos minutos me remito."

juan pardo vidal [1]

"No sé cómo se llama esta piedra, no nos presentaron, tampoco necesito saber su nombre porque nunca la he llamado (no tengo su móvil). Nuestra relación se ha basado sólo en el deseo, en el breve encuentro, yo la chupo y ella también sabe salada. Siento placer al cogerla,a ella le pone que haga el ademán de lanzarla contra el cristal de la ventana, le gustan los chicos malos, y a mí poco me cuesta dármelas de intifada poética. Sé que fue ella quien me encontró a mí, y no al revés, sé que vive junto a La casa encendida en la estantería de la derecha, que ha escrito junto a mí varias novelas, libros de relatos y poemas, que ha leído a Luis Rosales tantas veces como yo, que sabe tanto de mí como yo mismo, o sea nada, pero desde hace algún tiempo sé que tengo que deshacerme de ella (o ponerle un nombre como Cari o Chati). Y en esa duda estoy Isabel, en esa duda."

pepo paz [3]

"A Joan Ruiz le hice una entrevista en Cardona (Barcelona), en 2003. Era el único maestro artesano de la sal de España. Al tocar la pieza se siente el tacto húmedo de la silvinita. Es una pieza tosca, rosácea, cristalizada en cubos de cloruro de potasa –silvita- y sal común –halita-. Contiene en su silencio la historia de ese lago interior que se extendía, hace millones de años, desde el Golfo de Vizcaya hasta el interior de Cataluña. Y guarda los secretos terapéuticos del viejo mar de Tetis: se comercializa como desionizador en las modernas oficinas, pero desde siempre con ella se habían elaborado rosarios, cruces, manetas para bautizar, huevos que calentados se utilizan como terapia contra el estrés y los dolores cervicales..."

pepo paz [2]

"Las recogí hace años en un viaje a la isla de La Gomera. Y las puse en un tarro de cristal junto a otro con arena del desierto tunecino. Me fascinan sus oquedades y las tonalidades rojizas y malvas. Hace ya mucho tiempo que un viejo periodista, ya retirado, me dijo señalando a un despanzurrado palacio: 'La historia del universo está escrita en un gramo de polvo. Imagina lo que pueden contar estas piedras'."

pepo paz [1]

"El buscador de piedras, como buen mariscador, o como buen rastreador de setas, observa detenidamente el escenario, cincela con la mirada un sendero invisible que le conduzca hasta el tesoro más preciado, camina despacio, como si no quisiera hacer ruido y espantar a las presas, se detiene, fija la vista en el objeto seleccionado, se pone en cuclillas y con mucho cuidado recolecta el fruto que luego, en la intimidad del hogar, degustará con placer en soledad."

nati de la puerta

"En aquella playa nos encontramos. Parecía un paisaje artificial, lo tenía todo. Su castillo en isla inalcanzable, su falda de agua entretejida por miles de gaviotas, su recortado atracadero para botes locales y un peñón con aguas aquietadas, cristalinas, insospechadas vitrinas de estas piedras. Preciosas. Dicen que las piedras terminan pareciéndose al paisaje de quien las atesora. Algo así era."

juan antonio bermúdez

"Esta piedra se llama Lauren, por la Bacall. Me la regaló el pintor Eduardo del Campo hace casi veinte años y me gusta mucho porque el maquillaje no impide que se le vean las arrugas."

inmaculada reina segovia [3]

"Mi marido guarda en el estante más alto del aparador un sistema solar. Tiene hasta Luna en cuarto creciente, pero creo que le sobran planetas."

inmaculada reina segovia [2]

"Se llaman Hematites, pero parecen gotas de mercurio."

inmaculada reina segovia [1]

"Cogí en la playa cinco piedras para jugar con ellas en la arena. Una al aire, cuatro abajo y una en la mano. Dos arriba, tres abajo y dos en la mano... Ahora no voy a la playa y ellas viven en la jabonera. A veces se agarran a la pastilla de jabón y saltan por el aire, recordando su vieja condición de acróbatas."

jorge villalmanzo [2]

"Creo que te comenté que mi padre era escultor y pintor. Trabajaba la piedra, la madera, el hierro, fundía plomo y, cuando tenía dinero, en bronce. Uno de los muchos objetos que utilizaba eran estas piedras. Antes de morir me regaló sus gubias, formones y tres o cuatro guijarros, más o menos normales, pero muy pulimentados, para que cierren la madera en lugar de rasparla. Sólo me queda el de la foto."

jorge villalmanzo [1]

"La geoda la encontramos en Tubilla del agua, cerca de Sedano. Yo era un niño de diez años aproximadamente. Acompañé a mis padres a comer con un señor que escribía. Con el tiempo supe que aquellas piedras redondas que tenían cristales en su interior era geodas y que aquel señor, tan importante y escritor, era Miguel Delibes. De hecho fue él el que nos llevó a la ladera en donde un desprendimiento las había dejado al aire libre, como si fuesen huevos gigantes de caracoles, pues también coleccionaba minerales como yo."

fernando luis chivite

"Es bastante pesada. La encontré durante una excursión, hará unos diez años, en algún monte del Baztán, y estuve pensando si echarla a la mochila y cargarla un par de horas o desembarazarme de ella. Ganó la piedra. Parece una montaña, es la más grande que he cogido."

agustín calvo galán

"Es pequeñita, no sé de dónde ha venido, no sé a dónde irá; de momento, me acompaña junto al teclado del ordenador y de vez en cuando la acaricio."

piedras ajenas

Al fin el convidado de piedra tiene la palabra.