esther quiñones

"Discreta como la yema de un dedo. De colores silenciosos entre el gentío de piedras. Así la escuché. Con una nitidez de alta definición digital. De los treinta y seis grados del suelo a la humedad de mis manos. Y de nuevo al sol, pero distinta. Escogida, primada, elevada, protegida. Segura de no volver adonde no tiene nombre propio, adonde es piedra entre piedras. Allí donde todas pueden ser pisadas con la misma consistencia, tocadas con el mismísimo pudor. Confundidas, suplantadas, golpeadas contra la tierra. Pero ella ya no. Porque mi mochila ya es suya."