pisapapeles

Hay libros que ni las piedras deberían dejar escapar.

timidez

Decir "Te traigo esta lágrima petrificada porque cada vez que la miro me acuerdo de ti" suena raro. Por eso nunca se la doy, por eso vuelve conmigo a casa envuelta en un pañuelo.

estepona

Estaban en el cajón de la máquina de coser de mi bisabuela. Y recuerdo de repente aquellos veranos largos, y cómo una mano huesuda las colocaba sobre el patrón de papel de seda. ¿Cuántos años llevaban ahí esperándome? ¿Y cómo demonios sabían que yo también coso?

baños del carmen

Antes había un camping, ahora hay jipis. Queda un balneario que se deshace y un bosquecillo de eucaliptos que llega hasta la orilla. El paisaje es el mismo. Las piedras también, me gusta pensar. Me gusta lo que permanece aunque se caiga a pedazos ante mis ojos. Por eso elegí esta piedra para él. Para que permanezca, para que no caiga.

estroncionita

Juan la sacó en un relato. Otro día la sacó a escena en una lectura y la puso sobre la mesa, delante de mí. Ateneo de Logroño atónito, más de cien personas. Yo, atónita y encantada, no supe muy bien qué decir así que me puse a leerle poemas. Las estroncionitas son muy sensibles.

de paseo

Cada día un paseo y cada paseo una piedra.

getxo

Tres amigos, dos piedras, una escalera al sol junto a la playa. A veces, la vida.

dorian gray

No paré hasta dar con un corazón tachado para Óscar. Ahora ya puede destachar el suyo y amar de nuevo.

petra

Carlos pagó por ella a unos niños y me la puso en la mano. Me da miedo tocarla. Petra se deshace entre mis dedos.

sanjuán, 2010

Mientras todos llenan botellas de plástico con agua del mar, yo cojo una piedra de la orilla y vuelvo a casa.

las piedras que nos fecundan

Desde niña las escondo por cajones y estanterías, bajo la almohada, en los bolsillos. Desde niña paseo con ellas en el puño. El poeta (que se hace pasar por novelista) Chivite dice que "las piedras son para que estén ahí, si te detienes las ves y si las ves te detienes". El poeta (ángelterrible) Villalmanzo dice en su biografía que "domina como nadie la memorización de piedras y la dinámica de la estaticidad". Molloy las chupaba. Yo creo que las piedras nos enseñan a saber estar solos y nos acompañan como nadie. Yo no sé qué habría sido de mi vida, en algún momento, sin ellas. Claudio Rodríguez tenía razón.