El silencio y el agua tienen la misma forma, forma de secreto, del lugar donde se esconden. ¿Las piedras querrían ser agua, pero se conforman con ser secreto?
Una piedra verde y viajera, que voló desde Brasil a Tenerife, de Tenerife a Málaga, de Málaga a Madrid. Ahora depende de los pies de pájaro de su nueva dueña.